Dentro de nuestra comunidad Twitera (@BasquetRetro) propusimos un juego que resultó muy divertido y logró mucha participación.
La consigna era recordar jugadores, técnicos o árbitros que hubieran pasado por nuestra Liga Nacional que tuvieran como "apódo", un animal.
Así nos encontramos con que podríamos hacer un zoológico con todos ellos. Tenemos más de 30 jugadores con apodos de animales de los mas diversos géneros y especies.
El Araña Zanassi
Si arrancamos por el lado de los insectos, nos encontramos con la "Pulga" Carabajal, base en actividad, con la "Araña" Zanassi, aquel triplero de Ferro, dueño por mucho tiempo del récord de triples en un partido. Y tenemos hasta dos "Avispas", Casermeiro y Colli, ambos bases de Atenas, caracterizados por su velocidad y su prominente nariz.
El Gallo Pérez
Batman Racca
Por el lado de las aves, nos encontramos con un histórico "Gallo" Pérez; con una "Garza" como Mario Laverdino, una "Perdiz" como Jorge Carrizo, ambos jugadores cordobeses de la primera época de la LNB y un par de "Pollos", tambien bases, como Balbi y Toriano.
Como olvidarse del "Faisán" Higgins, extranjero blanco de Peñarol y de los "Pájaros" Marina y Lorio.
A este equipo volador, le podríamos sumar a "Batman" (Murciélago) Racca y estaría listo para las grandes lides.
El Torito Palladino
La Vaca Tourn
Dentro de la granja podríamos conformar un equipazo, comenzando con las "Vacas" Gabriel Fernández y Fabián Tourn y los "Toros" Palladino y Lázaro Borrel; con la "Chanchita" Baralle, el "Burro" Crivaro y el "Cabrito" Hure y darían que hablar en cualquier cancha.
La Pantera Ferrini
El Puma Montecchia
El "Puma" Montecchia, la "Pantera" Ferrini y el "Tigre" Aguilar mas el "Lobo" Fernández padre y su hijo el "Lobito", conformarían un equipo aguerrido, peligroso y sin dudas de temer.
El Mono Merchant
Y no podemos dejar afuera a los "Monos" Merchant, Prigioni y Fioretti, al "Topo" Konsztadt, y al "Panda" (Oso) Scala, base de Gimnasia de Comodoro Rivadavia que junto a los "domésticos" "Gato" Meire, "ScoobyDoo" (Perro) Scolari le harían partido al que se le plante.
Por el lado de los reptiles tenemos a los "en actividad" como el "Yacaré" Kammerichs, la "Cobra" Lamonte, el "Lagarto" Lescano, el "Sapo" Amicucci y las "Tortugas" Prato y el juvenil Deck.
El Lagarto Lescano
El Yacare Kammerichs
Cualquiera de estos equipos podria ser dirigido por el "Oveja" Hernández, técnico multicampeón, teniendo al "Loro" Mafei enfrente reeditando los clásicos marplatenses.
Y para darle el toque de calidad al zoológico, tendría que ser dirigido por el "Mono" Alagastino, quizás el mejor "árbitro" de todas las épocas de nuestra Liga Nacional.
Con esto tratamos de repasar algunos de los jugadores con apodo "animal", si se te ocurre alguno que no esté aquí agregalo en un comentario y será incorporado en el equipo correspondiente.
Siguiendo con la zaga de Videos Retro nos metemos en otro "clásico de los clásicos" de nuestra liga nacional.
Atenas - Ferro, un partido que se jugaba por la "madre", una rivalidad de la decada del '80 que paralizaba al mundo basquetbolero.
Y la verdad, era un placer, un regocijo para los ojos verlos jugar a los Milanesio, el Pichi, Palito Cerutti, Donald Jones, Norton Barnhill por el verde cordobes y a Cortijo, Darras, Maretto, Diego Maggi por el verde de Caballito..
Revivirlo en este compacto de 5 minutos, puede crear adicción, se lo advertimos.....
En esta oportunidad una perlita "clásica", un fragmento de uno de los partidos mas atrapantes y disputados de los comienzos de nuestra Liga
El clásico de Bahía.
A estadio totalmente repleto, "no cabía un alfiler" decían los viejos relatores,
Olimpo, uno de los pioneros de nuestra Liga Nacional, con el gran "Chuni" Merlo manejando los hilos del partido como solo él sabía hacerlo, enfrenta a Estudiantes, otro histórico que, al día de hoy, sigue participando; con un "Loco" Montenegro intratable.
Apasionante, vibrante, con la adrenalina que solo éstos partidos sabían provocar.
Alberto Pedro Cabrera o el "Beto", el "Mago" o simplemente "Mandrake", nació el 16 de diciembre de 1945 en Bahía Blanca.
Con 1.86 metros y jugando de base, paseó su talento por las canchas de todo el país, siempre defendiendo los colores de su querido Estudiantes (Tuvo un paso Gimnasia de La Plata también).
En su club de origen cosechó nada más y nada menos que 17 títulos.
Su nivel lo llevó a jugar en los seleccionados de Bahía Blanca (con los cuales obtuvo 12 logros), de Buenos Aires (9 títulos) y de la Argentina, en el cual jugó por 8 años y se consagró campeón sudamericano en su ciudad natal.
Participó en los mundiales de 1967 en Uruguay y 1974 en Puerto Rico, promediando 11,5 puntos por partido.
Anécdotas
Una de las anécdotas que lo pintan de cuerpo entero a lo que era el Beto fue la que contó alguien muy allegado a él, Juan Enrique Grofsmacht:
"Durante un campeonato argentino de basquetbol que se hizo en Córdoba; el equipo de Provincia de Buenos Aires llegó a la final gracias a la calidad y la experiencia del Beto.
Provincia perdió la final con Santa Fe. (¡¡Alguna vez tenía que perder!!!) Cuando terminó el juego, Cabrera me pidió que lo llevara en auto a Bahía Blanca. Me dijo que tenía algo que hacer y no me dijo qué.
Manejé toda la noche mientras "Beto" dormía, y llegamos temprano a nuestra querida ciudad. Poco antes, cuando se despertó, charlamos unos minutos sobre el torneo: me contó que se sentía mal porque había errado algunos tiros importantes, algo que debía corregir.
Aproximadamente a las 8.30 lo dejé en su casa.
-¿Me esperás un minuto que entro y salgo y me acercás a otro lado? -me dijo.
Volvió enseguida vestido con ropa deportiva. En una mano llevaba una percha con traje, camisa y corbata y un bolso. Se subió de nuevo al auto y pidió:
-Vamos hasta Estudiantes, que tengo un par de horas para practicar y corregir los tiros que erré.
Otra anécdota lo lleva hasta su mismísima luna de miel:
A mediados de mayo de 1968, mientras disfrutaba en Bariloche con María Beatriz Ortigoza, Cabrera no pudo evitar entrenarse para el Campeonato Argentino de Mendoza, que comenzaría dos semanas después. Por eso, por más de una hora, su esposa debió alcanzarle la pelota en el solitario gimnasio del Club de Bomberos Voluntarios, mientras él tiraba y tiraba al cesto como poseído por su pasión.
Ruben Pablo Magnano, según wikipedia, nacido el 9 de octubre de 1954 en Villa María, Córdoba, fue un jugador de básquet de poca "monta"; pero tan amante de este deporte que encontró la veta para seguir ligado a él, en la dirección técnica.
Primero se recibió a los 27 años de profesor de Educación Física y al año siguiente ya tenía en su poder el título que lo habilitaba como Entrenador Nacional de Basquet.
Arrancando en Hindú Club de Córdoba, donde hizo sus primeros pasos, el DT se comenzaba a perfilar como un laburante y un ganador.
Apasionado por la docencia y formación de jugadores, comenzó con las divisiones inferiores, dejando de entrada su sello y marcando un estilo que mantendría con una coherencia intachable en el transcurrir de su carrera.
Duro, exigente, rígido, obsesivo por la buena conducta, mejor defensa y pensado ataque, sus jugadores sentían el rigor de los entrenamientos, pero al momento de desplegar el juego, los resultados y las satisfacciones llegaban rápidamente.
Atenas, a nivel local, en la década del '80, arrasaba, no tenía rivales en las divisiones formativas y así fue como en 1990 tiene su oportunidad para dirigir el plantel superior de la Liga Nacional.
Todo un desafío que duraría 4 años, obteniendo el título de Liga Nacional en la temporada 1991-92 y dos Campeonatos Sudamericanos de Clubes, en 1993 y 1994.
Luego en el '94, hace su primera experiencia en el TNA, en el club Luz y Fuerza de Posadas, Misiones, logrando el ascenso para la temporada siguiente a la Liga A.
En la temporada 1996-97 regresa al club de sus amores, Atenas, donde obtendría, nada más y nada menos que el Panamericanos de Clubes, en 1996, dos Ligas Nacionales, 1997-98 y 1998-99 y dos Ligas Sudamericanas de Clubes en 1997 y 1998.
Con 9 títulos en su haber, en casi 10 años de carrera, emigra a Boca Juniors de Buenos Aires, donde estuvo una temporada, antes de dar el salto de calidad hacia la Selección Argentina.
Su seriedad y contracción al trabajo llegaban a la Selección y daban comienzo a la "Generación Dorada", que tantas alegrías nos daría en los años posteriores.
Con los retiros de "grandes" de nuestra Liga, como Marcelo Milanesio y "Pichi" Campana, comenzó con la renovación del plantel y de a poco fue juntando a un grupo de jóvenes con ansias de logros.
De mucha ayuda le fue que nacieron jugadores de la talla de "Manu" Ginóbili, Fabricio Oberto, "Chapu" Nocioni, "Pepe" Sánchez, Luis Scola y Rubén Wolkowisky, entre otros.
Ruben, los juntó, les hizo entender que eran figuras a nivel mundial en sus clubes, pero que para trascender a nivel país, debían conformar un grupo, un equipo, que tuviera una línea de juego y un objetivo en común.
Tarea para nada fácil, pero que la fue consiguiendo poco a poco.
En el 2002, se escapa el título de campeón mundial por un simple, en la ya tantas veces discutida final contra Yugoslavia, en tiempo suplementario, y con un clarísimo foul sobre Hugo Sconochini sobre la chicharra que le hubieran significado dos tiros y la posibilidad de triunfo.
Sumado a que el equipo tenía a un Ginobili disminuído físicamente por un esguince de tobillo al pisar al alemán Dirk Nowitzky en la semifinal.
Sin dudas, Argentina era el campeón moral de ese mundial, destacándose el resonante triunfo en Cuartos de Final contra el Dream Team de los EEUU, convirtiéndose en el primer equipo en vencerlo a nivel Fiba y, entre nosotros, con "baile" a los morochos norteamericanos.
Pero lejos de quedarse con esa "sensación" de injusticia, Rubén Magnano se juró venganza, uso esa espina clavada como un inflador anímico y un motivador para lo que vendría. Y no le fue mal.
Después de conseguir el subcampeonato y la clasificación a los JJOO de Atenas, en el Preolímpico de República Dominicana, el DT y su equipo encaraba con mucho trabajo y ahínco una preparación intensiva que a la postre le daría "la mayor alegría en mi carrera como técnico", segun sus propias palabras.
Y fue en Atenas, Grecia, en los Juegos Olímpicos del año 2004, donde tanto el DT, Rubén Magnano como sus jugadores, obtendrían el título consagratorio de sus carreras, nada más y nada menos que la medalla de Oro, venciendo a rivales de la talla de Serbia, Grecia, Italia en la final y una vez más, al Dream Team estadounidense de turno.
Bautizado como el "padre" de la Generación Dorada, abandona la albiceleste, para analizar la cantidad inmensa de ofertas de clubes del exterior.
Asi es como recala en el Varese de Italia donde permanece 3 temporadas antes de tener un opaco paso por la Liga ACB de España en el Cajasol.
En el 2008, decide su regreso a Argentina, afrontando una parada muy díficil: Volver a posicionar al club mas ganador de la Liga, pero que venía de varias temporadas desafortunadas; Atenas de Córdoba.
Y le fue más que bien, obtuvo su 4to título de Liga Nacional y el nº 16 de su carrera entre clubes y Selección Argentina.
Desde el 2010 a la actualidad, se desempeña como Director Técnico del Seleccionado de Brasil.
En casi 2 años de trabajo, ya se nota su mano, produciendo una revolución en el básquet de ese país y clasificándolo a los JJOO luego de 16 años de ausencias.
Ya se habla de Brasil como una futura potencia mundial, el tiempo y el trabajo seguramente lo confirmarán.
Por todo esto, sin dudas, uno de los mejores técnicos nacionales de nuestra historia.....sino el mejor.
Rubén Magnano, parece tener la fórmula perfecta:
Trabajo + Dedicación = Éxito.
Festejo histórico de Rubén como pocas veces se lo vió.
Fotos de selecciones provinciales, nacionales, juveniles y de mayores.
Si querés enviarnos alguna otra, hacelo a basquetretro@hotmail.com y la agregamos.
Para vos, ¿Cuál es la mejor foto de Selecciones Retro?
Yo tenía 13 años, no era un sábado común, -se venía un partido difícil- y la semana se había hecho larga. Así es que después de hacer los mandados, me hice la cama, comí toda la polenta -que no era de mi agrado- y me tragué la bronca cuando, en el medio del almuerzo, el sifón Drago hizo el ruidito característico de que no había más soda, calladito la hice...pero esto no era suficiente. Lavé el Falcon celeste de mi viejo y me aseguré los cinco australes de la entrada.
Por fin llegó la hora de partir para la cancha (¿había otra cosa más linda que eso?). Obviamente me puse el buzo azul de “las tres tiras” por las dudas hubiese posibilidad de tirar unos tiritos en el entretiempo. El estadio me quedaba a unas quince cuadras de mi casa y unas de mis cábalas era ir saltando y tocando las señalizaciones de las calles hasta llegar a 24 de Septiembre y Roma.
Ya adentro de la cancha, no podía creer lo que estaba viendo en vivo y en directo: el calentamiento previo al partido del Club FERRO CARRIL OESTE -el campeón del año 85’-.
En tanto la voz del estadio decía: “Publicidad Immmmmmmpetud, la voz cordial y siempre amiga del deporte cordobés, les da la bienvenida!...”; y sí, estaba a punto de ver en acción bien de cerquita a jugadores que para mí, en ese momento, eran como ver a Manu, Chapu, u Oberto hoy!
Ahí nomás empezó la presentación de los equipos, sin lugar a dudas el más aplaudido fue Cortijo, el más silbado Gabriel Darrás y Diego Maggi y por el lado de Española, la "Pepa" Arrigoni era el preferido de la gente y el alemán Pablo Wenderbourg también.
Acá van algunas de las perlitas que me hicieron dar cuenta de lo que en ese momento era un equipo en serio. Digo esto porque en ese entonces, –estoy hablando de 25 años atrás- los clubes locales aún no eran tan profesionales, y las cosas se hacían “más a pulmón”.
Yo era un chico y hay detalles que parecen que se agrandaran como por debajo de una lupa cuando un chico los ve. Hay cosas que para muchos son insignificantes, no para mí, ni siquiera hoy.
El verde de las camisetas de los de Caballito era muy intenso, parecían rayadas pero no lo eran, sino que tenían diferente tramado, el Ferro en cursiva a la derecha del número y en la sudadera el escudo, que era hermoso.
¡Mirá esto!, el utilero completamente vestido de verde y hasta el bidón del agua tenía una funda acordonada con la marca que los vestía que era Topper.
Verlo jugar a Miguel Cortijo realmente daba placer, explicarles seria medio complicado, tenía un manejo de balón extraordinario, se deslizaba por la cancha como si tuviese patines y además, fue el primero que vimos dar pases mirando para otro lado.
Otro recuerdo es el del flaco Darrás, -nunca pensé que fuese tan flaquito, tenía una puntería asombrosa (cuando estaba con el día era amargante), parecía la pantera rosa jugando al básquet.
Después estaban Diego Maggi, que era un pívot de 2,06 muy fuerte y con un respetable tiro de cuatro metros, el joven Fabián Tourn con sus 2,05 mts (fallecido hace 2 años), en ese momento jugaba de ala y con muy buenos porcentajes de tres puntos; el "gringo" Maretto ya veterano, era un especialista cuando al equipo le marcaban zona, el juvenil Guillermo Coissón, un 2,10 mts que quedó en promesa y nada más y Luis González de 2,11 de selección nacional que en ese momento se hacía muy difícil de defender por la estatura.
Párrafo aparte para los extranjeros: El moreno se llamaba Johnny Martin de 2,04 de buenos movimientos pero algo pesado se lo notaba (a las pocas fechas remplazado por el conocidísimo Carl Amos).
El otro americano era blanco y se llamaba Michael Schelegel (digo se llamaba porque falleció en abril de este año producto de un cáncer) jugador de básquet con todas las letras, completo, excelente; medía 2,05, jugaba de externo y si el técnico se lo pedía, se posteaba y sacaba ventaja de quien en ese momento lo estuviese defendiendo.
Para mí fue unos de los mejores jugadores extranjeros que vi pasar por la liga. Tuvo una larga trayectoria por el básquetbol español donde fue una de las figuras de la ACB (liga española de basquet), este equipazo estaba dirigido por Luis Martínez.
Al partido lo ví desde la tribuna que estaba debajo del aro que daba a la calle 25 de Mayo, de más está decir que no entraba ni un alfiler en la cancha. En el primer tiempo Ferro funcionó a la perfección, era una maquinita.
Al comienzo del segundo tiempo ellos se cargaron de faltas y salió Schelegel por foules y los americanos Thomas Whimbush y Cedrick Miller de Asociación Española se pusieron el equipo al hombro y emparejaron las cosas faltando dos o tres minutos. El aliento de la gente que colmaba el estadio y los dos triples claves en el momento justo de Marcelo “la pepa” Arrigoni, Española sacó unos seis puntitos de ventaja que para el básquet de esos años eran muy difícil de remontar. No nos olvidemos que existía el famoso uno más uno y el equipo que llevaba esa ventaja tenía la posibilidad de optar sacar de costado cuando había un foul y el reloj seguía corriendo.
Sí señor, Española le ganaba a Ferro!, ¡al campeón! A uno de los equipos más reconocidos de todos los tiempos! lo que parecía imposible se hizo realidad en los últimos tres minutos.
¿Habrá sido por comer toda la polenta, por haber hecho la soda, por lavar el Falcón, o por la cábala de los carteles? Nunca se sabrá, pero para mí fue por eso.... ¡creer o reventar!
Como regalito acá les dejamos dos minutitos de ese Ferro campeón de 1986 jugando la final con Olimpo de bahía blanca, esperamos que les guste y hasta la próxima!
Hernán Abel Montenegro Koch nació el 10 de agosto de 1966 en Bahía Blanca, Buenos Aires.
Altura: 2,06
Puesto: Ala Pivot
¿Cómo imaginar allá hace 40 años, cuando empezó a jugar a los 5 años que sería luego un fenómeno del basquet argentino?
Su fìsico alto y flaco lo ayudó, pero sus condiciones naturales lo llevaron a debutar en Primera a los 13 años en el club Leandro N. Alem de Bahía.
Luego se cruzó de vereda para jugar en su querido Villa Mitre de la misma ciudad.
En 1986 se viste la camiseta de Olimpo de Bahía donde debuta en la Liga Nacional el 14 de marzo, a los 19 años. Esa temporada se consagra subcampeón de la Liga Nacional al perder ante el Ferro de Miguel Cortijo la serie final por 3 a 1.
Al Año siguiente juega la serie regular en Unión de Santa Fé, pero los playoffs de esta temporada los vuelve a jugar con Olimpo.
Luego de Olimpo, se va a jugar a la Liga de Puerto Rico, para los Gigantes de Carolina y mas tarde jugaría un año (89/90) en la división A2 del basquet italiano, en el Pallacanestro Pavia, de muy buena actuación con 20,1 pts y 9,5 rebotes por partido.
Con la sensación que el basquet local le quedaba chico, se decidió probar suerte en el exterior. Y luego de un paso por el básquet universitario, en la Universidad de Luisiana (EEUU) - NCAA, fue elegido en tercera ronda por Philadelphia Sixers en el Draft de 1988, en el lugar Nº 57, transformándose así en el primer argentino reclutado por un equipo NBA, aunque no llegó a debutar.
Sin embargo, el mejor momento de su carrera lo tendría en el clásico rival bahiense, el Estudiantes de Bahía, donde jugó las 3 temporadas siguientes, formando en la 90/91 un gran equipo junto a JuanEspil, José Luis Gil, Maretto, entre otros y volviendo a obtener el 2º puesto de la LNB al ser superado por el GEPU del Pichi Campana.
Esa campaña es de las más recordadas del "Loco", porque además de promediar mas de 22 puntos por juego y 8,7 rebotes; el pase a la final se dió con un doble sobre la chicharra de Montenegro que le daría el triunfo ante Sport Club de Cañada de Gomez.
En 1992 tiene un paso por el Brescia de la A2 italiana y de allí juega la temporada 1993/1994 en GEPU de San Luis y la siguiente en Gimnasia de Comodoro Rivadavia donde obtiene el promedio más alto de rebotes en su carrera de 8,8 en el año.
En la 95/96 vuelve a Estudiantes de Bahía y en la siguiente tiene un breve paso por Valle Inferior de Viedma donde juega solo 11 partidos y termina ese año en los Guaiqueries de Venezuela
En la 97/98 recala en Independiente de Pico donde comparte equipo con un prometedor "Chapu" Nocioni.
Luego es contratado por Estudiantes de Olavarría y en la próxima temporada retorna por 3ra vez a Estudiantes BB -temporada 99/2000-. teniendo como compañeros a "Paco" Festa y al "Gallo" Pérez.
En el 2001 tiene un breve paso por Peñarol de Mar del Plata, donde el bahiense convocó en su vuelta a unas 3500 personas, que se juntaron en el polideportivo para ver al local enfrentar a Libertad de Sunchales.
En 2006 vuelve a Villa Mitre, club del cual es hincha, para jugar 6 partidos en el torneo local.
En 2009 fichó por Obras Sanitarias de Buenos Aires. Disputó solo 3 encuentros.
En 2010, con 44 años, integró el equipo de Del Progreso de General Roca, Río Negro donde jugó varios partidos de la Liga del Alto Valle.
Fue su última presentación oficial como jugador.
El Loco en Fotos
El porque del apodo "Loco"
Cuenta la historia, que por sus actos dentro y fuera del parquet, por su forma tan particular de sentir este hermoso deporte, por no querer dejarse hundir en la rutina diaria y demás, comenzaron a llamarlo "el loco".
Este apodo se termina de consolidar en el Preolímpico de Portland en 1992, cuando Argentina se enfrentaba al mejor Dream Team de todos los tiempos (Michael Jordan, Larry Bird, Charles Barkley entre otros), Montenegro salió a la cancha con el pelo rapado en la nuca y pintado el numero "22" (el loco, en la jerga argenta). Su descomunal actuación hizo trabajar a doble turno a "monstruos" de la talla de Pat Ewing y David Robinson, al punto tal que un reconocido relator de la famosa cadena NBC comentara:
“Tonight, Robinson and Ewing they gonna dream on the CRAZY TWENTY-TWO!”
(“Esta noche Robinson y Ewing van a soñar con EL LOCO VEINTIDÓS!”).
Por su locura dentro de la 28x15 y sus excentricidades fuera de ella, compañeros , periodistas e hinchas en general lo empezaron a llamar a partir de allí el "Loco" Montenegro.
Hernán y la Selección
Su estreno en la selección argentina juvenil fue en 1981, en el Panamericano de Montevideo (3º puesto) y 2 años después juega el Mundial Juvenil de España (7º puesto). Allí es observado por un reclutador español que lo coloca en el CAI Zaragoza con tan sólo 17 años.
En 1985, Montenegro es citado por primera vez para la selección argentina de mayores, en el Sudamericano de Medellín (3º puesto); aunque 1986 sería su año de despegue. A los 20 años integra el plantel de la selección argentina participa del Mundial de España (12ª ubicación).
Frases del Loco
"El problema no es cuando te putean, sino, cuando dejan de hacerlo. Ahí retirate, porque ya no provocas odios ni amores. Que te ignoren es lo peor que puede pasarte".
"En la Liga te mandan un discurso moralista pero en los Play off se termina todo. Te dicen ‘yo puse plata y quiero ganar. Si tenés que tomarte una línea de merca o infiltrarte para ganar, hacelo’".
Cuando se encontraba en el campamento de los Sixers de la NBA, donde estuvo seis meses, compartió habitación con Charles Barkley: "El gordo arrancaba de noche y se armaba unas caravanas de novela. Llegaba con unos pedos tremendos a las cuatro de la mañana. Yo lo tenía que despertar a las seis para que saliera a correr, ya que tenía problemas con el peso, y el equipo lo multaba por cada libra que aumentaba".
De su experiencia en Estados Unidos, Montenegro asegura que "la vida de algunos jugadores profesionales es tremenda: Diego es Bambi al lado de Michael Jordan, sólo que a él el sistema lo ayudó".
"Creo haber sido muy contradictorio en mi vida y eso es porque las personas que van creciendo día a día y que buscan mutar buscando algo nuevo tienen ese contra punto".
"El ambiente es titiritero y la mayoría se ahoga en ese círculo, si sos muy público podés tener tu personaje, el mismo tiene que ser de defensa y por eso por ejemplo todo el mundo habla de Maradona, podemos estar diez horas hablando de Diego pero la gente no entiende que Maradona es único e irrepetible y que por sobre todas las cosas es un jugador de fútbol".
¿Beto Cabrera o Manu Ginobili? "¡¡Cabrera hijo!!, con todo el respeto que me merece Manu. Yo jugué contra los dos, Beto Cabrera jugaba el básquet de hoy pero 30 años atrás".
"Nunca te comas el caramelo de “yo formé a…” los mejores son mamá y papá".
"Con medios o sin ellos, si vos querés: podés".
"Acá en Bahía fracasó hasta el Papa". Ese día, en el 82, se tiraron más de 30.000 chorizos porque la gente no inundó las calles como en otros lugares.
Se destacó tanto dentro de la cancha por su talento como fuera de ella.
Polémico, extrovertido, auténtico, extravagante, sin pelos en la lengua.
Podés quererlo o no, pero sin dudas,
Hernán "el loco" Montenegro
quedará en la historia del basquet argentino como uno de los mejores.....
Miguel Alberto Cortijo nació el 22 de agosto de 1958 en La Banda, Santiago del Estero.
Decir que fue un base excepcional, excelente asistidor y estratega no es novedad, pero repasemos un poco su historia para que tomemos dimensión de lo que significó para nuestro basquet argentino.
Nació en una ciudad y provincia que por aquella época, respiraba basquet. Santiago, tierra de chacareras y cuna de grandes jugadores como Gustavo Chazarreta, Benja Arce, Villalba, etc. le inculcó los primeros fundamentos sobre este deporte que lo llevarían luego, a ser un artista con la naranja en sus manos.
Su carrera la inició en el club INTI, de Santiago del Estero, y pronto, debido al talento que ya emepezaba a derrochar comenzó a participar defendiendo la camiseta de su querida provincia. Protagonizó muy buenas actuaciones en los Campeonatos Argentinos, que por aquellos años eran las únicas ‘vidrieras’ del básquet nacional.
Esto llevó a que el creador de nuestra Liga, León Najnudel, se lo llevara a Ferro Carril Oeste de Buenos Aires con tan solo 18 años.
Su capacidad para conducir un equipo y su enorme talento para hacer jugar a sus compañeros hicieron que tempranamente Miguel se destacara en los torneos de la Federacion de basquet de Capital Federal y obtuviera con su equipo los sudamericanos de 1981 y 1982.
Su debut en la Liga Nacional, fue el 28 de abril de 1985 y ese mismo año ya se consagraba campeón con su querido Ferro venciendo en las finales al Atenas de Córdoba.
Repetiría el titulo en 1986 y 1989, con actuaciones de un nivel superlativo.
En 1990, al concluir la Liga con Ferro Carril Oeste, la dirigencia no pudo retener a su máxima figura y Cortijo decidió aceptar la propuesta de Peñarol de Mar del Plata.
En el conjunto marplatense estuvo una temporada, ya que en la temporada siguiente -1991/92- volvió al club de Caballito. Luego de esa temporada, Miguel Cortijo, decidió dejar para siempre al club de sus amores.
En 1993, jugó para Olímpico de La Banda -TNA-, en su ciudad natal, con toda su gente y vivió momentos inolvidables. "Nada mejor que sentir el calor de tu gente" diría. Luego fue Boca Juniors el que lo ficharía, formando la plantilla con Sebastián Uranga, James Thomas y León Najnudel como entrenador. Sin embargo, la campaña xeneize quedó para el olvido y el base regresó, nuevamente, al TNA. Siderca de Campana fue el equipo que lo recibió.
En la temporada 1996/97 fichó para Independiente de General Pico. Ganó un Sudamericano y fue el base que le daba respiro y "cabeza" a sus compañeros por algunos minutos.
Su última participación en el básquet, la realizó en Regatas de Corrientes, llevando a este equipo correntino a proclamarse campeón del torneo de esa provincia en 1998.
Sus conquistas a nivel de clubes fueron las siguientes:
Campeón Torneo Oficial de la Federación de Buenos Aires 1980, 1982 y 1983
Campeón de Torneo de Apertura de la Federación de Buenos Aires 1980, 1981 y 1982
Además, obtuvo cinco premios Olimpia.
Miguel y la Selección
La carrera en la Selección Argentina tuvo una primera experiencia muy buena, ya que, junto a jugadores como ‘Chocolate’ Raffaelli, el ‘Gurí’ Perazzo, ‘Tatote’ Pagella y tantos otros, consiguió la clasificación a los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, jugando en San Juan de Puerto Rico. Pero la alegría no duraría mucho; la decisión de la dictadura militar hacia los Estados Unidos de plegarse al boicot a los Juegos impediría que el mejor base argentino del momento pudiera participar.
En el Mundial de 1986 en España, llegaría la explosión de Miguel Alberto Cortijo. La seguridad y la categoría para llevar la conducción de la Selección nacional, hizo que fuera reconocido y admirado en todos los partidos en los cuales se lo viera.
‘Estoy feliz, muy feliz, porque sé que este triunfo ya está en la historia grande del básquet argentino’, comentó el 14 de julio de 1986, luego de ganarle a Estados Unidos por 74 a 70. Sin duda, uno de los máximos responsables de la importantísima victoria en aquel Mundial.
Cortijo lideró el ranking de asistencias al finalizar el Mundial, con un promedio de 4,7 por partido.
En 1990 disputó el Mundial de Argentina. (Terminó con 4,1 asistencias en unos escasos 130 minutos jugados.)
En 1992, cumplió su última aparición con la camiseta celeste y blanca. Fue el 2 de julio ante Puerto Rico, durante el Pre-Olímpico de Portland. Argentina no clasificó para los Juegos de Barcelona ’92 y sería su despedida con la albiceleste.
A nivel Sudamericano se proclamó campeón en Asunción 1987, plata en 1983 y 1989 y medalla de bronce en sus otras tres participaciones en 1981, 1985 y 1991. Jugó además en tres Torneos Preolímpicos y un Premundial así como dos Juegos Panamericanos.
Su palmarés en la selección fue el siguiente:
Bronce Torneo de las Américas Preolímpico 1980, Juega 1984 (7º), 1988 (5º) y 1992 (6º)
Oro Sudamericano 1987 Plata 1983 y 1989, Bronce 1981, 1985 y 1991
Juega Mundial España 1986 (12º) y Argentina 1990 (8º)
Juega Torneo de las Américas Premundial 1989 (9º)
Juega Juegos Panamericanos 1983 (5º) y 1987 (9º)
Marcó una época y fue uno de los mejores jugadores que pisó los estadios argentinos, por esto y muchas razones más, fue justo que fuera galardonado con la inscripción de su nombre en el Salón de la Fama argentino.
Miguel, fue sin duda un gran capitán, sus compañeros lo bancaban, lo respetaban y lo reconocen aún hoy como un símbolo histórico en el básquet nacional.
Sin dudas, Miguel Alberto Cortijo, el artista que jugaba y hacia jugar...
Algunas opiniones del "artista"
Miguel sobre Najnudel
" León Najnudel, que fue como mi papá, ya que el me cambió la mentalidad para mejorar. Me acuerdo de cuando llegué de Santiago del Estero a Buenos Aires, en 1976 y él me hacía entrenar tres veces por día y yo no entendía nada. Sin embargo León me decía que estábamos preparándonos para el futuro. Por él existe una Liga tan importante en nuestro país".
Flor Melendez sobre Miguel
"Miguel fue el mejor armador que tuve como entrenador. Era muy inteligente, mucho más que varios otros jugadores, reconocía el juego y tenía un poder único de ser escuchado por sus compañeros dentro de la cancha. Él dirigía el partido y sus compañeros lo respetaban. Esta es una de las condiciones más difíciles de conseguir en un jugador. En el mundial del 86 yo lo dejaba que él manejara el juego como quisiera. Por dónde pasó fue muy respetado y por todo esto estoy convencido que fue el mejor".
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